viernes, 24 de mayo de 2013

El sentido común

La escritora Gertrude Stein dijo alguna vez que “Todo el mundo recibe tanta información durante todo el día que pierde su sentido común”.

¿Estamos perdiendo el sentido común?
Se podría decir que el sentido común son los conocimientos y las creencias compartidos por una comunidad y considerados como prudentes, lógicos o válidos, y que se trata de la capacidad natural de juzgar los acontecimientos y eventos de forma razonable.
¿Estamos perdiendo esa capacidad?
Este sentido suele ser mencionado como una capacidad natural de las personas que no requiere de estudio o investigaciones teóricas, sino que surge en la vida cotidiana a partir de las experiencias vividas y de las relaciones sociales que percibimos.
¿Cómo percibimos todo eso?
La percepción de nuestra realidad es las que nos permite saber qué sucede a nuestro alrededor y tomamos sus datos al verla, escucharla y palparla. La construcción de la realidad surge a partir de las acciones, valores, creencias, normas y conocimientos que se tienen a diario. Sin embargo, esta visión es subjetiva, prejuiciada y parcial.
Prejuicios y más prejuicios.
Todo esto, juega un papel importante porque marca las ideas que los seres humanos tenemos de nosotros mismos y de otros, que influyen decisivamente en el devenir de nuestras realidades.
Volviendo entonces a nuestro punto de partida, el sentido común…
La dinámica del sentido común implica conocer las cualidades captadas por los sentidos externos y compararlas de acuerdo a las experiencias previas. Dicho proceso es realizado por este sentido interno y configura a la percepción. Si hay cualidades que son captadas, hay un emisor de las mismas, y eso se hace a través de la información.
El tema es, cómo y desde quién es captada esa información.
¿Nos permite diferenciar lo verdadero de lo falso?
La excesiva cantidad de información que recibimos puede hacernos confundir, pero ¿cómo hacemos para que esto no suceda?
La clave estaría en recibir, dentro de la variedad, una buena calidad de información. Para ello, la información que recibimos debe tener el contenido apropiado, ser oportuna, actualizada, exacta y accesible. Muchas veces la información que recibimos adolece de todo esto, y hasta es fraudulenta porque el medio o el informante que la emite no se atiene a la veracidad de los hechos. Más allá de la subjetividad con que se emite la información y los estilos de difusión, directamente está recortada, parcializada, y normalmente funcional a la posición política del que la editorializa. Y aquí está una de las claves a dilucidar.
La mayoría de nosotros, el común de la gente, muchas veces no sabemos desde dónde habla el que informa. Desconocemos el trasfondo ideológico del asunto, no nos interiorizamos y no nos preocupamos por saberlo. ¿Ideología?, nos preguntaremos, “si yo solamente veo la TV o leo una revista o los títulos de los diarios”. Si decimos o pensamos esto, pecamos de ingenuos, porque la ideología está detrás de todo lo que vemos y leemos. Por eso, si no nos ocupamos de la ideología, la ideología se ocupará de nosotros y por eso, tenemos que escuchar diferentes fuentes.
La diversidad de voces y la pluralidad de fuentes son un salto cualitativo pero no suficiente para resolver el problema. Es probable que brindar información de calidad sea responsabilidad de los profesionales de la comunicación, de los ámbitos de formación y escuelas afines. La calidad de la información debería ser su aporte a la calidad de la democracia.
Pero, ¿y nosotros qué hacemos mientras tanto? ¿Peregrinar infinitamente por todas las fuentes de información para buscar el punto de equilibrio?
Creo que debe ser así, no atenernos a escuchar una sola campana y abrir nuestra percepción a más de una fuente. También, aunque a muchos no nos guste, tenemos que politizarnos y tratar de entender la política.
Teniendo en cuenta que la información que recibimos es una interpretación hecha por alguien sobre la realidad, y que interpretar es incluir y/o excluir hechos y jerarquizarlos, como mínimo, si leemos y escuchamos en términos condicionales e hipotéticos, ya es un motivo de duda sobre la calidad de la información recibida.
El primer principio para filtrar es quitar lo que es rumor, ya que lo que busca el rumor es desinformar. Se extiende fácilmente por internet y por los mismos medios. Tratemos de no ayudar a su difusión y verifiquemos las fuentes.
Evaluemos los acontecimientos que nos transmiten por su imprevisibilidad. Tengamos presente que un hecho se convierte en acontecimiento porque hay un medio detrás de ese intento. El acontecimiento se pretende que sea percibido para dar marco a una realidad y suele tener cierto grado de “artificailidad”. Luego, la noticia es un producto final.
¡Cuidado! No todos los acontecimientos son noticia y la mayoría de las noticias son “pseudo-acontecimientos”, o sea, inventado para ser noticia.
Finalmente, la forma en que percibes la realidad ¿te permite compararla con tu experiencia previa? ¿Estamos realizando esa comparación? Sería un buen ejercicio de parte nuestra el poder reflexionar y, para poder hacer esto, tenemos que tener la capacidad de recordar, valorar y establecer una acción a conciencia.
De lo contrario, seremos personas pensadas por otros, que es lo mismo que ser dominados por otros.
Voltaire dijo que “La pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano”.

UNA AVENTURA IMPRESIONANTE EN EL PARQUE NACIONAL NAHUEL HUAPI

Hugo Payen, mediante una regresión mental en el tiempo inducida por un grupo de almas compañeras, lo llevarán al siglo XVII, para ir detrás del mito de la ciudad perdida de los Césares. Junto a los vuriloches, recorrerá las comarcas que hoy están comprendidas dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi. Seguirá un camino de autoconocimiento, comprendido por los cuatro pasos iniciáticos: El del guerrero, el del mercader o negociador, el del sacerdote, el del Mago o Brujo. Como parte de ese camino, y a través de arquetipos de la mitología mapuche y tehuelche, se enfrentará a la problemática del bien y del mal, así como a los demonios y espíritus enraizados en su inconciente. Hugo se verá tentado en su honestidad, lo cual será un determinante en el desenlace de la historia. Este libro invita a cuestionar los límites de la realidad fijada por el paradigma Newtoniano-Cartesiano.
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Antes que hablar sobre el "ser", preferiría hablar sobre la experiencia de "ser", específicamente las que tuvieron influencia en la novela. La zona del Parque Nacional Nahuel Huapi tuvo y tiene un atractivo muy especial. He pasado vacaciones y realizado muchas caminatas por esas montañas, disfrutando aquellos paisajes que me producen, hasta el día de hoy, un efecto sorprendente. Fue inevitable que surgiera el sentimiento de que algo mío estuvo allí alguna vez. Luego vinieron los tiempos de investigar sobre sus habitantes, su historia, costumbres y creencias. Pero cada vez que volvía a esos sitios, parecía que incitaban la inspiración para relacionr la fantasía con la realidad, contemplando otras características que pueden tener el espacio y el tiempo.