sábado, 14 de noviembre de 2009

ESTADOS DEL ALMA

La problemática de la vida es tan intensa que nos hace perder su verdadero sentido. Algunos preguntarán, ¿y cual es el sentido? Yo creo que cada uno es la directriz del sentido de su vida, y uno de ellos puede ser, “aquél que te haga sentir más feliz con lo que haces y con lo que eres como resultado de ello”.
La imposición de las noticias por los diferentes medios, de los comentarios de los que nos rodean, de la información que recibimos constante del exterior a nuestra conciencia, nos hace perder el equilibrio interior. La falta de balance entre nuestro cuerpo y nuestra alma, aunque no se haya demostrado en un laboratorio científico, es la base y el principio de la mayoría de nuestras enfermedades, sean físicas o psíquicas.
Una forma interesante para mantenerlo o restablecerlo es por medio de hacer “algo” que produzca una capa protectora, invisible a los ojos pero no a la conciencia; permeable al alma, pero que la haga impermeable a los elementos dañinos que surjan del exterior a nuestra unidad “ser”.
Tenemos que tomar conciencia de nuestro “aquí y ahora”, no del pasado que ya no existe porque ya pasó, no del futuro que tampoco existe porque todavía no pasó. Algunos lo llamarán campo de energía, otros voluntad, lo que fuere, está muy lejos de llamarse indiferencia. Yo lo llamaría, estado de conciencia de nuestro ser. Ayudemos a nuestra alma a incrementar su halo protector. Por medio de la meditación podremos ingresar a un estado de introspección que nos permita vibrar en las frecuencias íntimas de nuestro ser, y así reforzarnos desde dentro.
Como dijo Teluj, “Libera tu imaginación, déjate llevar por los valores espirituales como la música, las letras, el arte en general, el amor por la naturaleza, el amor por la vida, la contemplación de las cosas simples... Que ningún prejuicio mental te ate en este mundo ¡Vuela ya! mira tus alas. Eres libre”.



UNA AVENTURA IMPRESIONANTE EN EL PARQUE NACIONAL NAHUEL HUAPI

Hugo Payen, mediante una regresión mental en el tiempo inducida por un grupo de almas compañeras, lo llevarán al siglo XVII, para ir detrás del mito de la ciudad perdida de los Césares. Junto a los vuriloches, recorrerá las comarcas que hoy están comprendidas dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi. Seguirá un camino de autoconocimiento, comprendido por los cuatro pasos iniciáticos: El del guerrero, el del mercader o negociador, el del sacerdote, el del Mago o Brujo. Como parte de ese camino, y a través de arquetipos de la mitología mapuche y tehuelche, se enfrentará a la problemática del bien y del mal, así como a los demonios y espíritus enraizados en su inconciente. Hugo se verá tentado en su honestidad, lo cual será un determinante en el desenlace de la historia. Este libro invita a cuestionar los límites de la realidad fijada por el paradigma Newtoniano-Cartesiano.
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Antes que hablar sobre el "ser", preferiría hablar sobre la experiencia de "ser", específicamente las que tuvieron influencia en la novela. La zona del Parque Nacional Nahuel Huapi tuvo y tiene un atractivo muy especial. He pasado vacaciones y realizado muchas caminatas por esas montañas, disfrutando aquellos paisajes que me producen, hasta el día de hoy, un efecto sorprendente. Fue inevitable que surgiera el sentimiento de que algo mío estuvo allí alguna vez. Luego vinieron los tiempos de investigar sobre sus habitantes, su historia, costumbres y creencias. Pero cada vez que volvía a esos sitios, parecía que incitaban la inspiración para relacionr la fantasía con la realidad, contemplando otras características que pueden tener el espacio y el tiempo.