domingo, 25 de abril de 2010

Sepamos Imaginar

Solemos caminar por las calles de esta vida con nuestra mente inmersa en una compleja maraña de problemas, recuerdos, pensamientos, deseos, proyectos y/o ansiedades.

Otras veces, simplemente con la letra de una canción en la punta de la lengua, abstrayéndonos con la imaginación en una historia, un diálogo, una fantasía o una ilusión.

Cualquiera sea el caso, nos facilita avanzar devorando la distancia a nuestro paso. Pero pocas veces nos damos cuenta, o nos cuesta entender, que una realidad sólida existe afuera de nosotros y que si no hacemos algo, nos va a devorar tarde o temprano.

Hay cierto efecto de acción y reacción ante nuestra cáscara, hasta que ésta pasa a ser permeable y la realidad ingresa atacando nuestro sistema inmunológico anímico.

Lo exterior se mimetiza con nuestros pesares, alimenta nuestros miedos y termina transformando nuestras realidades.

Muchos actuamos como si adentro nuestro no existiese nada que pueda ser cambiado, nada que pueda ser corregido, o mejor dicho, como si hubiera un todo incuestionable.

Lo que no vemos no tiene sentido de ser, lo que es distinto es peligroso y lo que evoluciona atenta contra nuestra componente conservadora.

Hay veces que negamos vernos en nuestra verdadera dimensión, negamos observarnos con objetividad. Otras tantas, no podemos, no sabemos.

Ya sé, no es fácil...

Permanecemos sumergidos, inmóviles en un océano de aguas turbias, cubiertos por realidades impuestas desde nuestros automatismos, o las impuestas por los grupos de poder que no dejan que tengamos nuestros propios pensamientos.

Como consecuencia, demoramos peligrosamente nuestras decisiones, las importantes, las que pueden modificar nuestra realidad más allá de las impuestas por el sistema en donde nos movemos.

Por eso, por sobre todas las cosas, no tenemos que olvidarnos de nosotros mismos, de nuestros objetivos en la vida, de tener un plan, de imaginarnos en un futuro rodeado de personas y cosas que queremos, de situaciones que tenemos que crear en nuestras mentes y que nos hagan sentir cómodos.

Si sabemos imaginar y vivenciar la felicidad, lo demás vendrá por añadidura.

Como dijo Gustavo Adolfo Bécquer:

"El que tiene imaginación , con qué facilidad saca de la nada un mundo".

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UNA AVENTURA IMPRESIONANTE EN EL PARQUE NACIONAL NAHUEL HUAPI

Hugo Payen, mediante una regresión mental en el tiempo inducida por un grupo de almas compañeras, lo llevarán al siglo XVII, para ir detrás del mito de la ciudad perdida de los Césares. Junto a los vuriloches, recorrerá las comarcas que hoy están comprendidas dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi. Seguirá un camino de autoconocimiento, comprendido por los cuatro pasos iniciáticos: El del guerrero, el del mercader o negociador, el del sacerdote, el del Mago o Brujo. Como parte de ese camino, y a través de arquetipos de la mitología mapuche y tehuelche, se enfrentará a la problemática del bien y del mal, así como a los demonios y espíritus enraizados en su inconciente. Hugo se verá tentado en su honestidad, lo cual será un determinante en el desenlace de la historia. Este libro invita a cuestionar los límites de la realidad fijada por el paradigma Newtoniano-Cartesiano.
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Antes que hablar sobre el "ser", preferiría hablar sobre la experiencia de "ser", específicamente las que tuvieron influencia en la novela. La zona del Parque Nacional Nahuel Huapi tuvo y tiene un atractivo muy especial. He pasado vacaciones y realizado muchas caminatas por esas montañas, disfrutando aquellos paisajes que me producen, hasta el día de hoy, un efecto sorprendente. Fue inevitable que surgiera el sentimiento de que algo mío estuvo allí alguna vez. Luego vinieron los tiempos de investigar sobre sus habitantes, su historia, costumbres y creencias. Pero cada vez que volvía a esos sitios, parecía que incitaban la inspiración para relacionr la fantasía con la realidad, contemplando otras características que pueden tener el espacio y el tiempo.